Cerca de Archena el camino se cortó y no pude seguir. Era una tarde luminosa y se escuchaba estridular a un grillo escondido en su cueva y de repente esa canción hizo más grande el silencio. Recordé que Malevich pensó su cuadrado negro como telón de fondo de una obra de teatro que se llamaba “Triunfo sobre el sol”. Pensé que allí, en aquella carretera pedregosa el olvido y la oscuridad estaban también ganando una batalla, así que saqué la cámara y el trípode del maletero y al hacerlo descubrí allí una cartulina negra. En la fotografía yo miro algo que no se ve, pero ya no recuerdo qué era lo que tapo.
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